Hoy es noticia una nueva confirmación de que el cerebro nos engaña: Gusta más un vino si sabemos que es caro (aunque sea igual que otro que es barato, éste último gusta menos).
Ya se sabía hace tiempo que, en las pruebas ciegas en las que sólo se prueba el producto sin información adicional, se activan en el cerebro las zonas más "elementales". Con información adicional, entran en juego otras zonas más "intelectuales".
Concretamente, el caso que lo destapó todo (dando lugar al "Neuromárketing") fue la confirmación científica (de nuevo) de que la Pepsi (como es obvio) es más rica que la Coca-Cola. En la prueba ciega la mayoría de la gente prefería Pepsi (en el anuncio original y en la prueba científica con estudio del cerebro). Sin embargo, si se veía la marca, entonces cambiaban las tornas.
Vamos, que la publicidad funciona. Teóricamente, cómo lo sabemos, deberíamos ser más racionales y minimizarlo. Lástima que la mayoría de la gente ni lo intente y se trague cualquier cosa que le cuenten.
En otro orden de cosas, la "téorica" diferencia "radiomacutiense" entre la Pepsi y la Coca-Cola era que "La Pepsi tiene más azúcar, y la Coca-Cola más burbujas". Sin embargo, al menos en el aspecto del azúcar, parece que tienen la misma cantidad (otra cuestión es que sepa más dulce, lo que por otra parte explicaría porqué objetivamente está más rica).
No sólo pasa con los alimentos. Otro campo muy influido por "lo caro que es el aparato" es el de la alta fidelidad...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
fue la confirmación científica (de nuevo) de que la Pepsi (como es obvio) es más rica que la Coca-Cola.
Hala, hala, ¡menos afirmaciones incendiarias al viento!
Que yo sepa, una no puede ser más rica que la otra objetivamente, por mucho que le guste a más personas. Das por sentado que cuanto más dulce, más rica, y eso en mi caso no funciona: la pepsi me sabe horriblemente dulzona, y no así la coca-cola. Y a mí con esa prueba no me la dan, que las distingo por el sabor... A Coca-cola no me la toques :-P
En otro orden de cosas, lo del vino es curioso,y estoy convencido de que tienes razón con lo de los aparatos de alta fidelidad...
En el "Libro rojo de las marcas" Luis Bassat describe cómo las pruebas ciegas de sabor llevaron en su momento a que Coca-Cola cambiase su fórmula.
Explica que en ese tipo de pruebas se tiende a elegir los sabores percibidos como más dulces. Al realizarlas comparando Coca-Cola con Pepsi la compañía creyó que habían cambiado los gustos de los consumidores y sacó una fórmula diferente, más dulzona, que no caló entre el público.
Posteriormente se sacó la versión antigua renombrada como Classic y hay quien pensó que fue todo una jugada de marketing.
Otra cuestión es que la marca sí que influye en la percepción. De hecho Bassat describe otra experiencia con consumidores de ginebra. La conclusión era que los consumidores no bebían ginebra sino marcas de ginebra que transmitían un cierto status al pedirlas en la barra del bar.
Que yo sepa, una no puede ser más rica que la otra objetivamente, por mucho que le guste a más personas
Bueno, era un poco provocador, pero la razón "objetiva" es que (en general), las personas humanas estamos programadas de fábrica para que nos guste lo dulce. Supuestamente por la dieta basada en frutos de nuestros ancestros...
Claro que siempre hay excepciones :-)
Publicar un comentario